Amor y mundo
Amor y mundo pretende, más allá de toda separación entre ser y conocer, describir la conciencia amorosa en relación con la vida personal y con el mundo que ilumina. Parte en su análisis del eros y el logos de los griegos, así como de la caridad en sentido cristiano, para mostrar la inextricable rela...
Otros Autores: | |
---|---|
Formato: | Libro |
Idioma: | Castellano |
Publicado: |
México :
Fondo de Cultura Económica
1940
|
Materias: | |
Ver en Biblioteca de la Universidad Pontificia de Salamanca: | https://koha.upsa.es/cgi-bin/koha/opac-detail.pl?biblionumber=351840 |
Solicitar por préstamo interbibliotecario:
Correo
| Formulario
Sumario: | Amor y mundo pretende, más allá de toda separación entre ser y conocer, describir la conciencia amorosa en relación con la vida personal y con el mundo que ilumina. Parte en su análisis del eros y el logos de los griegos, así como de la caridad en sentido cristiano, para mostrar la inextricable relación entre ser y valor. En realidad, no hay ser en sí. El valor es el dinamismo y la luz del ser. Entendido el amor como forma de plenitud de la conciencia personal, consta de cuatro notas: abundancia de vida anterior, iluminador del sentido y del valor, capacidad de transfiguración y reciprocidad. El mundo entendido como mera positividad “objetiva” y fáctica es un mero constructo, una ficción. Sólo la mirada amorosa sobre la realidad descubre su ser y su relieve, esto es, sus valores. Por ello, sólo ante la mirada amorosa surge la persona y el sentido; únicamente ante ella el mundo revela sus esencias. Además, esta actitud amorosa es la que permite a la persona vivir trascendiéndose, desviviéndose. Tomando esta distancia de sí y de lo real es como se puede dar la verdad y la auténtica objetividad (pues lo que es y vale sólo para mí, ni es ni vale) El mundo real sólo aparece ante la conciencia amorosa. Y descubre que todo ser en el mundo es relación con otros, salir de sí y referencia a otros (de ahí que no quepa hablar de la substancia en sí de las cosas) Ante la mirada amorosa, el mundo objetivo se muestra como un continuo brotar y renovarse, como amoroso, pues el mundo es presencia ante la mirada amorosa. Si esto es así para la realidad, a fortiori lo será para la persona: “Cuanto más estoy en mí, cuanto mayor es el volumen de mi vida espiritual, más vivo fuera de mí, entregado a las cosas y por las cosas. Las “cosas” viven encerradas en si mismas, atadas a su nuda “exterioridad”. Yo vivo en mí. Y vivir en mí no quiere decir sino desvivirme, entregarme. |
---|---|
Descripción Física: | 233 páginas |