Sumario: | Hasta hace algunas décadas los religiosos y las religiosas ocupaban todo el espacio que tenía que ver con la vivencia y presencia del carisma. Ellos y ellas asumían personalmente todos los lugares en las obras y mediaciones de la misión. No era necesario preocuparse por la transmisión de la tradición, esta se producía por ósmosis. Todo emanaba de las propias estructuras internas de la institución.
Hoy la situación ha cambiado aunque el proceso haya sido progresivo y paulatino. Es evidente que un escenario está muriendo. Desde la fe estamos impelidos a rastrear lo que está naciendo. En torno a los religioso y las religiosas están surgiendo nuevas realidades : movimientos de misión compartida, nuevas estructuras de gobierno de las obras apostólicas, etc..
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