Sumario: | En 1978, el teólogo Juan José Tamayo planteaba un proyecto de Iglesia para el futuro de España a partir de la experiencia, la más de las veces clandestina o muy reducida, de numerosas comunidades de base y grupos cristianos que buscaban fijar los cimientos de una verdadera primavera eclesial.
Cuarenta años después, y pese a la llegada del Papa Francisco y su compromiso con la renovación de la Iglesia, muchos de aquellos planteamientos tienen aún pendiente su puesta en marcha y desarrollo pleno.
Iniciar un proceso comunitario constituyente, formar comunidades cristianas adultas, eliminar la oposición clérigos-laicos y pasar a ser una comunidad de iguales que opte por los pobres de la tierra son algunas de las claves de esa Iglesia del futuro que esperan hacerse realidad.
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