Sumario: | El intento de estas páginas es leer el Cantar de los Cantares desde otra "hendidura de la roca", descodificando su lenguaje y buscando las líneas de fuerza que coinciden con las constantes de cualquier relación amorosa (esponsalidad, amistad, filiación...). Esto nos permitirá descubrir que, cuando el padre de la parábola le dice a su hijo mayor: "Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo"(Lc 15.31), está expresando algo muy parecido a lo que declara la novia del Cantar: " Mi amado es para mí y yo para él" (Cant 2,16), porque el dinamismo de mutua pertenencia y de totalidad están siempre presentes en el amor. Y, por eso, cuando ella afirma: "Lo agarré y no lo soltaré" (Cant 3,4), se está refiriendo a la misma experiencia de Pablo cuando dice: "Continúo mi carrera por ver si consigo alcanzar a aquel por quien he sido alcanzado" (Flp 3,12).
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