Sumario: | El Pallars Sobirá, con los cinco Nogueras y el puerto de la Bonaigua; el valle de Arán, Salardú y Viella, hasta la raya de Francia; el condado de Ribagorza, el valle de Bohí, el señorío de Erill... Caminos tortuosos, barrancos y hondonadas; montes y picos escarpados; cascadas y ríos brincadores; suaves lomas y fríos lagos entre montañas; pueblos encaramados en los riscos o dormidos en los valles...
Por allá se fue ese infatigable viajero que es Camilo JoséCela a estrenar caminos viejos; a decirnos el sabor, el olor y el color de esas tierras altas, a invitarnos a conocer y amar sus gentes y sus paisajes. Testigo amistoso, pero implacable, poético y agudo observador, vagabundo, como tantas otras veces - Viaje a la Alcarria, del Miño al Bidasoa, primer viaje andaluz, etc.-, amargo o gozoso de todo lo que se va encontrando en el camino y que puntualmente nos transmite.
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