Sumario: | Hacer a un lado todas las preocupaciones y estudios terrenales y delegarlos a otra persona constituye una motivación mu atractiva para algunos; pues indudablemente hay quienes quieren retirarse y estudiar, como demustran la teología con sus refinamientos y la erudición con susj sutilezas; para otros, es cierto, esa motivación es una motivación pobre, mezquina, el movimiento de la separación entre la Iglesia y el pueblo, entre la literatura y el pueblo, entre el marido y la mujer, y que ha desempeñado un papel importante en sacar de quicio a la totalidad de la Commonwealth. Pero cualesquiera sean las motivaciones uertes e inconscientes que subyacen a la exclusión de las mujeres del sacerdocio - y es evidente que aquí no vamos a enumerarlas, mucho menos escarbar haste sus raíces-, la hija del hombre instruido puede confirmar, a partir de su experiencia, que "es común, e incluso frecuente, que dichas concepciones sobreviven en el adulto a pesar de la irracionalidad que las caracteriza y traicionen su presencia debajo del nivel de pensamiento consciente a causa de la fuerza de los sentimientos que despuertan"-
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