| Sumario: | Ignacio Aldecoa fue, sin duda, uno de los novelistas más puros y menos convencionales de las últimas generaciones. Vocacionalmente entregado a la realidad, su obra de creación se apoya firmemente en el conocimiento directo de ésta y un profundo respeto por la casi siempre dolorosa humanidad, por sus inquietudes y contradicciones, su angustia y aun su misma indiferencia. En Aldecoa nunca es caprichoso la invención porque siempre la asentará en personajes verdaderos, pretendiento, más que la posible verdad de aquélla, la indiscutible autenticidad de éstos.
Concebida y realizada en el reducido escenario de una pequeña isla en el Atlántico, con elementos deliberadamente escasos- un yate con tres hombres y una mujer ebrios, que encalla en la costa-, consigue esa intención dramática que sólo puede alcanzarse cuando el novelista maneja magistralmente unos personajes verídicos en un escenario tomado de la viva realidad.
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