Sumario: | Ensayos clínicos recientes muestran que las sustancias psicodélicas, como el LSD y la psilocibina, pueden administrarse de manera segura y en condiciones controladas, proporcionando beneficios psicológicos duraderos tras apenas una o dos sesiones supervisadas. Sesiones que pueden reducir los síntomas de ansiedad, depresión y adicción, así como mejorar el bienestar en voluntarios sanos durante meses o incluso años. Sin embargo, tales beneficios parecen estar mediados por experiencias «místicas», que generan un inevitable interés filosófico: ¿se deben sus beneficios al hecho de que inducen creencias inverosímiles y exuberantes sobre la naturaleza metafísica de la realidad?Chris Letheby integra evidencia empírica y consideraciones filosóficas al servicio de una conclusión simple: si bien a veces surgen ideas metafísicas exóticas, no son estas el motor central de las mejoras producidas en la terapia psicodélica. Los alucinógenos conducen a beneficios duraderos al alterar el sentido del propio yo y cambiar la forma en que las personas se relacionan con sus propias mentes y vidas, no al cambiar sus creencias sobre la naturaleza última de la realidad --
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