Derecho Romano

La aplicación de la Declaración de Bolonia a la Universidad Española, ha supuesto una reducción sustancial de la enseñanza teórica dedicada a las disciplinas jurídicas en los nuevos Planes de Estudio. En consonancia con la nueva situación, y con la finalidad de adaptarse a las exigencias de...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Fernández de Buján y Fernández, Antonio (-)
Formato: Libro
Idioma:Castellano
Publicado: Cizur Menor, Navarra Aranzadi 2017
Edición:1a edición
Colección:Colección de libros electrónicos de ULoyola
Libros electrónicos en Aranzadi
Materias:
Acceso en línea:Acceso al texto completo en Aranzadi
Ver en Universidad Loyola - Universidad Loyola Granada:https://colectivo.uloyola.es/Record/202175
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Descripción
Sumario:La aplicación de la Declaración de Bolonia a la Universidad Española, ha supuesto una reducción sustancial de la enseñanza teórica dedicada a las disciplinas jurídicas en los nuevos Planes de Estudio. En consonancia con la nueva situación, y con la finalidad de adaptarse a las exigencias del denominado Espacio Europeo de Educación Superior, la obra que ahora ve la luz aborda el estudio de las instituciones y los conceptos básicos que informan el Derecho Público y Privado Romano. El derecho romano constituye la experiencia jurídica más paradigmática de la historia europea. La enseñanza del Digesto Justinianeo en la Bolonia del siglo XI, está en el origen de la que fue la primera universidad europea, y contribuye, desde entonces, a la conformación de la lógica jurídica de los estudiantes, al tiempo que les faculta para entender los distintos Ordenamientos jurídicos modernos como el resultado de sucesivas experiencias históricas, que deberán ser tenidas en cuenta a la hora de interpretar y aplicar el derecho vigente. El estudio aséptico del derecho positivo, sin una valoración histórica y filosófica de las normas jurídicas, comporta el riesgo de generar una percepción sacralizada o dogmática de la ley, que daría como resultado una figura de experto o técnico de normas en vigor que no distaría mucho de la vilipendiada imagen del leguleyo.