Sumario: | En este artículo vamos a justificar la necesidad de una competencia espiritual en los centros educativos, debido a los retos que la sociedad nos va a marcar en el futuro. Entendiendo la espiritualidad como un modo de situarse en el mundo, apostamos por la formación de una persona, entre otras cualidades, competente, consciente, comprometida y compasiva, capaz de transformar el mundo que está por venir en una realidad más humana. A partir de estos retos, proponemos tres objetivos para dicha competencia: Ayudar a construir un relato de sentido, resignificar las relaciones y redescubrir el Misterio. Por último, señalaremos algunas herramientas pedagógicas que ya se están probando en algunos centros.
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