Sumario: | El Salvador ha consolidado importantes avances en su desarrollo en los últimos 30 años. El fin de la guerra civil en 1992 señaló el establecimiento de una democracia liberal y de un modelo de desarrollo abierto basado en la exportación, que contribuyó a reducir la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, el modelo de la posguerra no ha generado el dinamismo económico o los puestos de trabajo que el país necesita. El crecimiento económico fue moderado en los años previos a la pandemia de COVID-19, promediando 2.4%, y la productividad creció al 0.1% durante la pasada década. Para impulsar un desarrollo más sólido, inclusivo y sostenible son necesarias acciones decisivas. Basándose en un análisis multidimensional del desarrollo en El Salvador este informe plantea cuatro recomendaciones prioritarias: 1 sentar las condiciones para la transformación productiva y la modernización de la economía; 2 aumentar la cantidad, calidad y pertinencia de la educación; 3 gestionar mejor los recursos hídricos para llevar agua y saneamiento a todos de manera sostenible; y 4 modernizar el Estado para que pueda generar bienes públicos clave - desde la seguridad ciudadana a la educación o la salud - de manera eficaz, y conducir el país hacia la próxima etapa de su desarrollo.
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