Summary: | El autor, que maneja muy bien sus fuentes, sin alardes de innecesaria erudición, nos ofrece la vida del gran solitario del desierto, con toda la impresionante humanidad del anacoreta y la sublime elevación del gran santo que arrastraba en pos de sí a las multitudes, escrita con resonancias insospechadas para los lectores de nuestro tiempo. San Antonio, el solitario, fué, paradójicamente, uno de los santos más humanos. Los siglos han acumulado arenas sobre la existencia de Antonio, que ha venido a quedar terriblemente obscura. Pero quienquiera intente sinceramente acercarse a él, experimentará el sentimiento de una intensa presencia física. En la noche del pasado hallará a un hombre verdadero, un hombre siempre viviente, sólido y , ante todo, fuertemente terrestre, y no ese atormentado por el diablo, ese faquir cristiano con que se nos ha obsequiado.
La obra de Queffélec nos acerca al verdadero Antonio. No se hace aquí obra novelesca. El autor desea hacer, en "toda la medida" posible, obra exacta. No ignoramos, empero, que "toda la medida" no es, por lo general, decir mucho y que es necesario acogerse con frecuencia a las hipótesis. En este caso, éstas se presentan como tales.
La historia, sobre todo la del lejano pasado, no es enemiga de la grandeza. El biógrafo de San Antonio, tan desprovisto de documentos de primera mano como el santo pudiera estarlo de recursos de comodidad, saborea el recio placer de su indigencia. En este estado, la historia más fiel es una creación.
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