Sumario: | Parece que Benito Arias Montano manifestó toda su vida un rechazo a ser llamado maestro o doctor. Prefería presentarse siempre como discípulo o como condiscípulo, o, si se prefiere, como aprendiz. Es bien sabido que en su madurez, cuando firmaba alguno de sus escritos o cartas, se complacía en añadir modestamente a su nombre la voz arábiga 'talmid', que significa "discípulo". Arias se consideraba, ante todo, un discípulo de Cristo, para él único y verdadero maestro. No obstante, a lo largo de la trayectoria vital y académica, podemos rastrear la huella de otros maestros en su formación y en sus escritos.
Nuestro propósito fundamental en este estudio es exponer de manera sucinta y esquemática los datos que nosotros conocemos hasta ahora sobre la relación de Arias Montano con estos maestros o posibles maestros. Futuras investigaciones vendrán a precisar y completar el cuadro que aquí ofrecemos.
|