Sumario: | En el presente artículo, las 'Retractaciones' de Agustín se examinan detenidamente para descubrir a qué apuntaba el autor al escribir esta corrección final de sus propias obras. Resulta que las 'Retractationes' pueden, como es lógico, estar vinculados a sus otras obras autobiográficas, el 'Soliloquia' y las 'Confesiones'. En 'Soliloquia', Agustín examina la diferencia entre verdadero y falso en la forma en que se imagina a sí mismo. Luego, en las 'Confesiones', continúa examinando su propia imagen y descubre el papel de la gracia: uno solo puede imaginarse a sí mismo con la ayuda de la gracia. Finalmente, en las 'Retractaciones' él reconsidera casi todas sus obras y corrige la posible imagen falsa que estas obras podrían dar del autor. Lo hace en particular pretendiendo que incluso en períodos anteriores la noción de gracia fue siempre la que prevaleció en sus escritos. Seguramente pudo haber escrito en contra de los Maniqueos, puede haber insistido en la importancia del libre albedrío, pero de hecho ya estaba argumentando en contra de los Pelagianos. Agustín cambia su imagen por dos razones. Primero, quiere rectificar su propia imagen para que la verdad pueda ser entregada a la posteridad. Este es su deseo de crear su propia recepción. En segundo lugar, crea una nueva imagen que se basa en el descubrimiento de una imagen interior. Es este descubrimiento el que le permitirá hacer de la imagen autobiográfica también una parte esencial de su teología de la imagen. Es el descubrimiento de que una visión personal de la vida de uno puede convertirse en el descubrimiento de la visión de Dios sobre su vida y, por lo tanto, la imagen autobiográfica y la imagen interior se convierten, una vez más, en la historia de dos historias, de dos ciudades, por así decirlo, que nos revelan la presencia de lo divino en nuestra existencia humana.
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