“…Jesús Betz nace sin brazos ni piernas en la Navidad de 1894. A través de unas cartas enviadas a su madre conocemos las peripecias que ha tenido que sufrir para conseguir llegar a ser feliz, al lado de una bella mujer con quien comparte un número circense. …”

“…Como tal no está presente en la liturgia de la Navidad, pero su simbólica solar, enriquecida con un matiz nupcial, se encuentra en numerosas oraciones y poemas, desde el prólogo del evangelio de san Juan hasta la actualidad, pasando por las grandes homilías del siglo IV: el Cristo luz se hace hombre y es exaltado. …”
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