“…Cierto que mucho antes del fin del socialismo real era visible en el panorama intelectual europeo un cierto malestar ante un pensamiento marxista, presuntamente científico, «humus en el que debía echar raíces todo pensamiento» (Sartre), pero que se había convertido en una escolástica académica que impregnaba el ambiente universitario. …”
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“…Prácticamente, toda la terminología política que se emplea actualmente es o marxista o positivista comtiana. En este libro, que reproduce su tesis doctoral del profesor Petit, de un carácter necesariamente rigurosos y centrado en las mismas expresiones y en a misma lógica comtiana, algunas veces densa y deliberadamente intrincada, se aborda especialmente la conexión entre las diversas etapas del pensamiento comtiano, yendo más allá de lo que hasta ahora habían hecho los apologistas y detractores del famoso autor de la Ley de los tres estados, de la jerarquización de las ciencias, de la sociología y de la religión de la Humanidad. …”

“…Así, al criticar a los moncheviques, que no creían en el triunfo del socialismo en el país soviético, en la solidez de las conquistas del proletariado ruso, en el artículo "Nuestra revolución", indicaba: "Todos ellos se dicen marxistas, pero entienden el marxismo de una manera hasta pedante. …”

“…Este clima se enmarca en un cambio general de la política progresista que, desde un enfoque marxista de clase, guiado por grandes relatos unificadores y universales, ha virado hacia otro más identitario, cultural y segregado. …”