“…Para el creyente, en cambio, Dios es siempre el gran libertador: desde la liberación de la esclavitud de Egipto hasta la liberación del pecado y de la muerte en la Pascua del Hijo. Inspirándose en San Pablo, concluirá que la "gloriosa libertad de los hijos de Dios" está llamada a ser el verdadero signo de identidad del cristiano de hoy…”
Sumari (accés lliure)

“…Siguiendo la liturgia bizantina, para la que Romano compuso sus himnos, éstos se dividen en dos grupos: los elaborados para las fiestas fijas del calendario religioso de Constantinopla, que son los que se ofrecen en este volumen, y los preparados para las solemnidades que se mueven en torno a la Pascua de Resurrección, más numerosos , y que ocuparán un segundo libro. …”

“…Siguiendo la liturgia bizantina, para la que Romano compuso sus himnos, éstos se dividen en dos grupos: los elaborados para las fiestas fijas del calendario religioso de Constantinopla, que son los que se ofrecen en este volumen, y los preparados para las solemnidades que se mueven en torno a la Pascua de Resurrección, más numerosos, y que ocuparán un segundo libro. …”

“…Marsili ve que en la realidad total de la Pascua (Éxodo – Cristo – Iglesia) está la clave de lectura a la ora de considerar la celebración de la Eucaristía como “memorial Sacrificio pascual”. …”

“…Juan de Dios es acción misericordiosa, pero también despojo abnegado.Síntesis de dos realidades que se complementan y condicionan en un proceso trascendente: entrelazan y hunden sus raíces en las profundidades del misterio cristiano de la Pascua, de la muerte-resurrección habitual…”

Enlace del recurso

“…Todos los misterios de la vida del Hijo, desde su Nacimiento hasta su Resurrección, tienen lugar en el Espíritu, según un plan articulado en dos momentos: antes de la Pascua el Espíritu es dado a Jesús; después de la Resurrección, Cristo es el que da el Espíritu, inaugurando el tiempo de la Iglesia. …”

“…Todos los misterios de la vida del Hijo, desde su Nacimiento hasta su Resurrección, tienen lugar en el Espíritu, según un plan articulado en dos momentos: antes de la Pascua el Espíritu es dado a Jesús; después de la Resurrección, Cristo es el que da el Espíritu, inaugurando el tiempo de la Iglesia. …”

“…La respuesta a estas y otras preguntas permite desplegar los rasgos básicos de la mística de Jesús: filial, orante, al servicio del reino de Dios, que afronta el conflicto y triunfa en la pascua. En definitiva, lo que está en juego es la confrontación entre diferentes modos de apostar por la salvación y el bienestar: apoyados en las propias fuerzas (misticismo oriental), mediante el abandono y la disolución en las energías cósmicas ("Nueva Era"), a través del ejercicio filial de la libertad con la gracia de Dios (Cristianismo)…”