Lamia
thumb|''Lamia'' del pintor británico Herbert James Draper (1863-1920). thumb|''Lamia y el soldado'' de John William Waterhouse (1849-1917).Lamia () es una criatura monstruosa femenina de la mitología griega y el folclore de la Antigüedad clásica, era originariamente una especie de vampiro femenino que chupaba la sangre y destruía el corazón de los humanos. En la tradición posterior se les consideró un tipo de espíritu o «demon» nocturno. Se la utilizaba como un coco para asustar a los niños.
Según cuenta la leyenda, Lamia era una hermosa reina de la antigua Libia, hija de Belo y Libia, que tuvo un romance con Zeus. Cuando Hera se enteró, despojó a Lamia de los hijos que tuvo con Zeus, bien secuestrándolos o matándolos. Lamia enloqueció al perder sus hijos, y en venganza y desesperación empezó a robar cualquier niño que encontrara y a devorarlos. Debido a sus crueles actos, su apariencia física cambió, tornándose fea y monstruosa. Zeus concedió a Lamia el poder de la profecía y la capacidad de sacarse y reinsertarse los ojos, posiblemente porque Hera la maldijo con insomnio o porque ya no podía cerrar los ojos, de manera que se viera forzada siempre a obsesionarse pensando en sus hijos perdidos.
Las ''lamiai'' se convirtieron también con el tiempo en un tipo de fantasma, similar o incluso sinónimo con las empusas, que seducían a los jóvenes para satisfacer su apetito sexual y luego alimentarse de su carne. Un relato de ''La vida de Apolonio'', de Filóstrato, describe a la lamia como un demonio que en la forma de una bella mujer seduce a jóvenes para devorarlos, y sirvió de inspiración al poema ''Lamia'' de John Keats.
A las lamias se les han atribuido cualidades serpentinas, que algunos comentaristas creen que pueden rastrearse firmemente hasta la mitología de la antigüedad. Se han encontrado análogos en textos antiguos que podrían designarse como ''lamiai'', que son seres mitad serpiente. Entre ellos se encuentran las bestias mitad mujer mitad serpiente del «mito libio» narrado por de Dion Crisóstomo, o Pena, el monstruo enviado a Argos por Apolo para vengar a Psámate, hija del rey Crótopo.
A menudo se la asocia con figuras similares de la cultura griega (Empusa o Mormo), hebrea (Lilith) o hasta con la maya (Xtabay). En el folclore neohelénico, vasco, gallego, cántabro y búlgaro se encuentran tradiciones sobre lamias, con origen en la tradición clásica.
Se han conservado las definiciones de «lamia» y «lamias» en varios diccionarios antiguos:
«Lamia (Λάμια): Una bestia. Y una antigua mujer de Libia con el mismo nombre».Sobre las lamias, una de ellas en griego:
«Lamias (λάμιαι, ''lámiai''): Un tipo de apariciones (fantasmas). O una persona con glotonería. O un pescado».La otra en latín:
Lamias (''lamiae''): Las historias cuentan que están acostumbrados a arrebatar bebés y «destrozarlos». Reciben ese nombre por destrozar (lat. ''laniare'').La etimología del nombre no se ha establecido con certeza. Probablemente se relaciona con el adjetivo ''lamyrós'', «glotón», y el sustantivo ''laimós'', «gaznate, gañote». Algunos creen que pertenece a la misma familia el latín ''lemur'', que designa a unos espectros (los lémures) tipológicamente similares a las lamias.
En la catedral de Pésaro (Italia) se conserva un mosaico del siglo en el que dos lamias aparecen representadas como pájaros con cabeza humana. proporcionado por Wikipedia